PRIMERO APARENTO... luego existo

Voy a trabajar y aparento estar de buen ánimo al hacerlo, en verdad voy hacia la obligación y no hacia el relax... así que no me hagáis sentir culpable por ser honesto... aparento como todos que estoy felíz por ir al curreo.

Ya de camino me adelanta un imbécil, con una maniobra un tanto peligrosa obligándome a frenar, justo cuando atrás tengo un mamerto que me viene oliendo el culo a escasos centímetros... es de locos conducir en Coruña (ya entiendo porque aquí los seguros de coche son más caros que en el resto de España)... pero nada... aparento conservar la calma y maldigo en silencio... pido que su coche termine puesto de sombrero... aparento volver a la calma por segunda vez consecutiva (es mi manera de centrarme en tener un día tranquilo sin que estos pequeños detalles me lo jodan) todavía queda el resto de un día cualquiera.

Llego a la oficina y vaya sorpresa! volvió Sandrita que tenía vacaciones ahora en mayo... no te digo? lo bueno dura poco! Sandra es la única compañera de trabajo que es capáz de hacer parir a un tío... toda ella es un dolor de parto... toda ella tan "dolor de huevos".

Llegan el resto de compañeros, y el Jefe del Departamento, como siempre aparentando diligencia y estar muy ocupado, parece un cohete dentro de un ogete llevando al sujeto por arrastre... a veces se le olvida el protocolo y se le olvida el obligado "Buenos Días"... ya, nos dá igual que sea tan chulo, aparentamos que no nos jode en absoluto (aunque después le critiquemos.

Así arranca la jornada y el resto encendemos nuestros ordenadores, abrimos nuestros cajones y hacemos ruidos como niños en la escuela primaria... rumor aparente de trabajo.

Sandra se empeña en aparentar que tuvo buen sexo en todos estos días (algo que pedíamos a todas las fuerzas del universo que ocurriera). Yo me empeño en aparentar que no la registro y ni siquiera noté su ausencia, pero mucho menos su regreso.

El resto aparenta trabajar cuando todos conocemos el volúmen de trabajo de nuestra área (escaso y lento... lo impone la propia empresa)... y ahí comienza nuestra gran puesta en escena.

La puesta con guión de una vana ilusión en un día cualquiera... y el poder de las apariencias que rigen en algunas de nuestras actividades. La apariencia como código, como canal, como mensaje... en fin... aparentamos y luego existimos... y aunque Sandra se empeñe en aparentar que está encantada de vernos, reconocemos todos sin decirlo, tan sólo nos basta una mirada de reojos y a hurtadillas que las apariencias no engañan, colocan a cada cual en su lugar.

En fin... ahora me siento en falta porque detesto las apariencias en general, y peco en su ejercio cotidiano... pero también me siento felíz de la vida porque es la primera vez que gano un dinero por postear algo... esta pequeña entrada la paga la Empresa como si fuera trabajo.

Un saludete a todos, majos, y que tengáis un buen día!

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